Son las 7:00 am y el sol comienza a despegar entre las verdes colinas de Kerikeri, despertando con tenues rallos de luz a todas las aves, y estas a su vez nos despiertan a nosotros con su variado cantar. Esta primera alarma natural es la gran mayoría de las veces ignorada y volvemos al mundo de los sueños por unos 45 o 60 minutos más que es cuando recibimos el mensaje de texto diciéndonos a qué hora empezamos a trabajar ese día. Debido a que la piel del kiwi es muy sensible cuando está mojada, hay que darle un cierto tiempo al sol para que seque la fruta de la humedad del rocío matinal o de las lluvias nocturnas. Por lo tanto algunos días comenzamos a trabajar a las 9am, otros al medio día y otros días directamente nos envían un “too much rain today guys, take the day off” y no trabajamos en todo el día.
Son las 8:15 am, salgo de la cama me pongo las pilchas de laburo (jean si está fresco, short si promete calor) y me voy al living. Generalmente soy el primero en levantarse; aunque algunas veces ya está sentado en la mesa el Chichi, mirando al patio por los grandes ventanales del living, entre sorbo y sorbo de mate. Café con leche, tostadas con manteca y mermelada; vianda, agua y campera impermeable a la mochila y listo para salir. El barrio es tranquilo, silencioso, perdido entre las colinas y los arboles. Nuestra casa queda en una calle sin salida así que no se ven ni autos ni gente circulando. Paz. Los pájaros no dejan de cantar, el sol no para de subir y la mañana se hace rápidamente cálida. Mientras arrancamos el auto le hecho un vistazo a la ropa en el tendedero y puede verse el vapor saliendo de la misma.
Son las 9:00 am y manejamos por los alrededores de KeriKeri. Los campos que trabajamos son chiquitos, por eso cada 2 o 3 días toca un campo distinto. Nunca más lejos que 20km del centro de la ciudad. La ruta es sinuosa y ondulante, llena de subidas y bajadas. El paisaje deslumbrante. El verde de las colinas es muy difícil de describir, pero de tener que definirlo en una sola palabra diría “intenso”. Acá y allá árboles de todo tipo, pequeños bosques naturales y muy densos, salpicones de vacas y ovejas completan la magia.
Son las 9:15 am, llegamos al campo. Nos ponemos las bolsas de recolección y nos metemos abajo de las parras. La planta de kiwi es un árbol de tronco muy fino que naturalmente crece poca altura y luego sus largas ramas caen por el peso de su fruto hasta el suelo. Por este motivo la gente que los siembra, clava marcos de madera, tiran alambres a unos 2 mt del suelo y guían las ramas de la planta por sobre estos alambres. Formando un espacio de aproximadamente una hectárea de un techo de grandes y anchas hojas color verde oscuro debajo de las cuales cuelgan a la sombra y uno al lado del otro los frutos a cosechar. Hay un fuerte olor a tierra mojada que se mescla con el suave olor que dan los kiwis aun verdes (se cosechan antes de madurar). Esta agradable combinación de olores naturales se ve interrumpida por el cachetazo que pega el diesel quemado por el motor del tractor que lleva los grandes cajones de madera donde descargamos nuestras bolsas.
Son las 10:00 am, el cielo se cubre de punta a punta de pesadas nubes grises, sin dejar ni un solo rastro a la vista de celeste; y comienza una lluvia finita pero abundante que bajo el techo de hojas de la parra, se siente de mayor intensidad de lo que realmente es.
Son las 10:15 am, el cielo está totalmente despejado de nuevo. Ni un rastro de nubes de punta a punta, el sol muestra de nuevo su rostro y comienza a evaporar las gotas de la reciente llovizna. Estos cambios bruscos de clima son muy frecuentes, incluso varios en un mismo día.
Son las 11:15 am, los supervisores gritan “somoke breake”, todos se sacan las bolsas, caminan afuera de la parra y se tiran en el pasto a descansar. Algunos fuman un pucho, otros toman agua, otros comen alguna fruta. Quince minutos después, volvemos al trabajo.
Son la 1:15 pm, y los supervisores esta vez gritan “lunch breake”. Tenemos media hora para sentarnos al sol en el pasto o sobre algún tronco caído a comer un sándwich; pero hoy estamos trabajando en un campo cuya parra está construida al lado de un río y hay una espectacular cascada de unos 6 metros de alto, con un pileton enrome abajo, a menos de una cuadra de donde están las parras. Así que todos van a comer allí y varios nos sacamos la ropa y saltamos desde lo más alto de la cascada al pileton de abajo (ver video en facebook!). El agua esta helada! Pero es muy refrescante y entretenido. Luego si, almorzamos al sol mientras nos secamos. Y media hora después, volvemos a la sombra de la parra.
Son las 3:15 pm y tenemos nuestro segundo descanso. El sol empieza a bajar, pero la temperatura aún es muy agradable. Unos quince minutos de charla con alguno de los compañeros de nuestro internacional grupo (dos franceses, tres alemanes, dos canadienses, un dinamarqués, un singapurense, dos maoríes y tres neozelandeses no maoríes) y vuelta a pickearla.
Son las 5:15 pm y el grito esperado: “empty out guys”. Todos vacían las bolsas, se llena el ultimo tractor, nos subimos al auto y manejamos de regreso a casa atravesando ya las sombras largas de los arboles, causadas por el incipiente atardecer.
Son las 6:00 pm y ya estamos sentados en el patio, mas abrigados, viendo el atardecer y escuchando los silencios. Algunos con el mate, yo con el café. ¿Y después? Primero una ducha y luego lo que surja: un truco, un rato de tele, un libro, escribir un post para el blog…
Son las 9:00 pm, ya estamos sentados en la mesa comiendo unos fideos con crema de hongos. Terminamos, un rato de tele y a la cama tempranito; generalmente antes de las 11. El pueblo no tiene mucho que ofrecer después de las 5pm ya cierra todo y solo los sábados hay un bar que casi parece lleno entre las 10 y las 12.
Bueno, esto es un típico día en nuestras vidas. Cabe la aclaración que nada de lo dicho anteriormente esta exagerado para hacer esta narración más interesante. Pero si hay algunas omisiones, de algunas cosas no tan positivas. Terminamos el día bastante cansados físicamente. El trabajo es bastante repetitivo y aburrido. No requiere ningún tipo de esfuerzo mental. Esta permitido charlar mientras juntas, pero no escuchar música. Por lo que al estar trabajando se generan ratos muy largos donde se encuentra uno con uno mismo, y si no te llevas bien estas en un problema. Por esto quiero decir que el laburo te da muchísimas horas para pensar y luego depende de vos y en qué tipo de pensamientos tenes.
Yo por mi parte pienso mucho en el futuro, cuales son las posibilidades de este viaje a corto y largo plazo, que voy a hacer cuando vuelva a Argentina, que lugares me gustaría visitar y como llegar a ellos, etc. Cada tanto me vienen algunos recuerdos: de otros viajes, de momento con amigos, con amigas, con la familia, etc. Pero todos los vivo bien y no con tristeza. También intento disfrutar el “acá y el ahora”, charlo mucho con los pibes de otras nacionalidades y les pregunto mucho sobre sus formas de vida y sus culturas en general. También intento aprender un poco de francés y alemán. Ya se pedir una cerveza en 7 idiomas!!! Y se decir gracias en 12 (gracias, grazie, thanks, danke shun, obrigado, mergsi, spasiva, cheers, ta, domo arigato, dank, shishe), aclaro que lo sé decir, no escribir.
También es un re garrón que no haya joda. “Esh imposihbleeee” diría Capussotto. Al no haber bares y al no vivir en un hostel se complica conocer gente. Looking at the bright side un poco de vida sana no hace mal.
El último aspecto negativo es el tema de la paga, que es el sueldo mínimo. El laburo nos permite pagar la casa, la comida, la nafta y ahorrar unos $1000 dólares neozelandeses por mes (si el mes es bueno, no llueve mucho y gastamos poco). No es lo ideal, pero sabemos que hay mucha gente que esta acá en Nueva Zelanda sin laburo (perdiendo plata), viviendo en un hostel (nosotros en la casita estamos re piola), sin auto, o sin posibilidades de ahorro (gastando lo mismo que ganan). Cabe la aclaración con $1000 dólares (lo ahorrado en un mes), yendo de hostel en hostel, podemos vivir viajando más o menos un mes y medio (incluyendo alojamiento, comida y nafta). Por lo tanto la idea es más o menos esa: sobrevivir el invierno laburando y ahorrando lo que se pueda y gatillarla en primavera y verano viajando… pero bueno, ya estoy hablando mucho de los planes a futuro y este post tendría que haber terminado hace unos 15 renglones.
Son las 8:15 pm del lunes 16 de Mayo y yo me estoy yendo a cocinar un bife con ensalada...
Muy bello lo que escribis ,por momentos siento que sos un hombre grande , por tus experiencias , no puedo creer que ese pequeñito que de todo se reia ..y sin parar sea hoy una persona madura, un gran abrazo y disfruten mucho!!
ResponderEliminar