domingo, 1 de julio de 2012

al mal tiempo...buena comida!

Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que a mi historia le faltaba lo mejor. Miércoles 27 de Junio del año 2012 de nuestro señor Jesucristo. El boieng 767 de la compañía Lan Chile yace inmóvil en las pistas del aeropuerto internacional de Ezeiza. Dentro del avión, poco más de un centenar de personas se preguntan por qué el vuelo programado para despegar a las 10:00am aun esta en tierra firme a las 11:30am, cuando la voz del capitán ligeramente distorsionada un tono más metálico por efecto del micrófono y los parlantes anuncia que el vuelo esta demorado, con posibilidades de no despegar. El motivo: la huelga sindical impulsada por el compañero Moyano. El piloto finaliza su discurso solicitando paciencia a la caldeada tripulación, mientras negocia (no se supo exactamente con quien) las posibilidades de despegue. 13:35hs se encienden las turbinas y despega un avión. Es el Boeing 777 que va de Santiago de Chile a Auckland. En el mismo hay por lo menos 19 asientos vacios, incluyendo uno asignado para quien escribe, que pero ese entonces se encontraba aun esperando los resultado de las negociaciones en Buenos Aires. Las mismas finalizarían positivamente a las 14:00hs, es decir: el vuelo despegaría con 4hs de retraso. En la capital chilena la gran mayoría de los pasajeros se apresuro a la zona de aduanas para retirarse lo antes posible del aeropuerto. Mientras que a los 19 que habíamos perdido la conexión a Auckland se nos indico dirigirnos al mostrador de Lan, donde nos explicaron que nos pondrían en el próximo vuelo a la capital kiwi, que resulto ser el servicio de las 23:15hs. Unas 11hs nos separaban del horario de despegue…”sepan disculpar las molestias” Se observaron reacciones varias del pintoresco grupo rezagado, ya que estaba integrado por varios diferentes y estereotipados al extremo personajes, entre los que destacaban una monja uruguaya, una turista australiana, un porteño (corte Darin en nueve reinas) que andaba de negocios, dos señoras mayores de capital de esas que podrían encontrarse tranquilamente en una manifestación de “indignados auto convocados” golpeando sus ollas Essen; pero que ahora se encontraban viajando a Sydney para visitar a sus hijos y nietos. Y por supuesto yo, pasivo observador de la situación, me limite solo a aceptar respetuosamente el voucher de comida que nos ofrecieron en disculpa por la espera y me fui a comer; mientras la gran mayoría se quedaba protestando y reclamando (inútilmente) una habitación de hotel, vouchers de internet, tarjetas de teléfono, mas comidas, etc, etc, etc. Yo hice honor al viejo dicho: si tiene solución: ¿para qué preocuparse?, y si no tiene solución:¿para qué preocuparse?. Me busque el restaurant mas careta del aeropuerto y me pedí el plato más caro: Fillet de salmón rosado de 200g con salsa de camarones, acompañado de salteado de vegetales y hongos, y por supuesto un chop de cerveza chilena. Comí viendo el partido de la Eurocopa: España vs Portugal, en una pantalla gigante. Luego recorrí el aeropuerto, vi cosas que NO iba a comprar en el duty free, me puse todos los perfumes que pude, me conecte a internet y me vi la primer final de la Copa Libertadores (¿Qué paso bostero?), en la misma pantalla que había visto la Eurocopa. Si a las pocas horas de sueño que venía acumulando, le sumamos las comidas, la cena del avión, el hecho que era casi media noche y que mi nuevo asiento era el primero de la fila (grandes posibilidades de estirar las piernas), dormí prácticamente todo el tirón de 14hs hasta Auckland. Al llegar se nos indico a los mismos 19 que nos apresuremos a la compuerta 5 ya que en 15 minutos saldríamos para Sydney en el vuelo de las 5:30am. En la compuerta 5 los 19 resagados nos encontramos con el resto de los pasajeros del vuelo que salía a Sydney a las 5:30, la mayoría Neozelandeses, escuchando atentamente mientras les informaban que el vuelo se había “cancelado por problemas técnicos”. Los mismos estaban siendo reubicados en los siguientes vuelos a Sydney: 8:00am, 9:30am, 11:00 y 13:30. Cuando terminaron de reubicarlos no quedo mas lugar para los 19 recién llegados de Chile y se nos explico que el próximo vuelo en el que podían ubicarnos era en el de las 16:00. Unas 11hs nos separaban del horario de despegue…”sepan disculpar las molestias” Indignación, confusión, protestas, quilombo. Yo me tire a leer una National Geographic que me compre en Ezeiza con los últimos 13 pesos que tenia, que en Australia hubiesen sido una poco absorbente alternativa al papel higiénico. Las protestas no cesaron, pero intentaron comprar nuestra paciencia con vouchers de comida. Muchos vouchers de comida. Para gastar libremente por todo el aeropuerto. Me clave un doble cuarto de libra con queso en el Mc, y más tarde comí un exquisito sushi de salmón y palta, con sopa de pescado y una Saporo (birra japonesa). Y de postre me tire en los sillones con un capuchino grande, un pedazo de torta y chocolates a ver una peli en con la notebook. Cuando volvimos a la compuerta 5 para el vuelo de las 16 se nos anuncio por el micrófono que el vuelo estaba retrasado 1 hora. Al parecer la última gota de la meada del tiranosaurio que nos venía meando desde que salimos, pero no! El dinosaurio se guardaba la sacudida final para el aeropuerto de Sydney, donde los mismos 19 de siempre, parados en línea frente a la plataforma giratoria por donde salen las valijas esperábamos, y esperábamos y esperábamos… Las valijas nunca aparecieron, con tanto cambio de vuelo se habían perdido en algún lugar (por suerte de ése aeropuerto). Aproximadamente una hora después aparecieron las valijas de todos. 7:15 de la tarde. El ultimo rayo de sol de un agradable viernes se había perdido algunos minutos atrás. Yo viajaba en el subte hacia el centro de Sydney. Ante la falta de paisajes dirigí mi vista hacia la valija y vi con sorpresa que la misma tenía un tajo. No solo en el plástico por el cual naifmente pagamos 20 dólares en el aeropuerto para protegerla, sino también en mi bolso en cuestión. Así es señores, mi equipaje había sido ultrajado. Esta vez no habría mas vouchers de comida para consolar, simplemente poner al mal tiempo buena cara y pilas para el radiante sábado soleado que me esperaba al día siguiente. Una cosa es segura: el Tiranosaurio tenia incontinencia urinaria… PD: Pido disculpas a la gente que siempre siguió el blog y me alentó a escribirlo, por la prolongada ausencia que se produjo desde el viaje a Asia. La verdad es que este fue un viaje tan, pero tan intenso que las experiencias vividas demandarían la escritura de un libro, más que un blog. Por otro lado, al regresar a Nueva Zelanda, la vida transcurrió sin muchos sobresaltos o experiencias. Entre estas destacaron 3 meses de laburo de vuelta en Rotorua, salto en paracaídas, salto bungy, cruce a pie de 20km del valle Tongariro (donde esta Mordor, del Señor de los anillos) y un viaje de poco mas de 20 días recorriendo la Isla Sur ( viaje en ferry a Picton, recorrido a pie por Cristchurch, reencuentro con amigos y mucha joda en Queenstown, visita al parque nacional Pancackes Rocks, tour en bus y ferry por Milford Sounds (considerado por muchos como el paisaje más impactante de todo Nueva Zelanda, caminata por el Glaciar Fox y 3 días acampando en el parque nacional Abel Tazman.

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